Les quedan unas horas para cerrar posibles coaliciones, y los de Podemos en Galicia andan un poco perdidos. Con las encuestas poniéndolos por los suelos, claramente rebasados por los socialistas y el BNG, a los que superaron hace cuatro años, la «marea» podemita en Galicia está en horas bajas y necesita reordenarse rápidamente.
No vamos a entrar en detalles porque ni ellos mismos se aclaran. Lo cierto es que la izquierda nacionalista gallega se ha reorganizado en el último año alrededor del BNG, y la no nacionalista, del PSDeG. Siendo así, el espacio que antes ocupaba Podemos ha quedado reducido a un maremágnum de siglas y corrientes, desde Anova hasta En Marea, pasando por otras etiquetas como «Galicia en Común», y, aparte, como siempre el sustrato de la antigua Izquierda Unida y de la ya casi también antigua Podemos.
No parece haber electores para tanta sopa de siglas, y esta mañana Podemos ha lanzado al tejado de sus inscritos la patata caliente de la decisión: están votando desde las diez de la mañana cuál es la fórmula que prefieren. Sea cual sea, las encuestas les dan entre dos y nueve diputados, muy lejos de los catorce que lograron hace cuatro años.